El organismo no distingue entre un endulzante sin calorías de uno regular, lo mejor es que moderes su consumo.
(CNNMéxico) — ¿Qué es lo que tienen los alimentos ricos en azúcares que no podemos dejar de consumirlos? El 'problema' es que el azúcar es adictiva.
Es cierto que los hidratos de carbono (comúnmente conocidos como carbohidratos o azúcares) son un nutrimento esencial para la vida diaria, cuya función principal es aportar energía. Nuestro cerebro necesita glucosa (azúcar) a lo largo de todo el día para poder trabajar, y la cantidad que utiliza es pequeña, pero no podemos eliminarla por completo de nuestra dieta.
Los alimentos que contienen hidratos de carbono simples (harinas y sus productos, azúcar en cualquier forma, refrescos, jugos) nos elevan muy rápido la glucosa en la sangre (niveles de azúcar), estimulando al mismo tiempo la liberación de insulina, una hormona encargada de almacenar los azúcares que consumimos en forma de grasa. Además, no nos dan saciedad, al contrario, después de consumirlos nos da hambre en muy poco tiempo y, ¿qué se nos antoja? ¡lo dulce otra vez!
Sustitutos de azúcar: ¿al rescate?
Los hidratos de carbono no son malos, pero sí influye la forma y el momento en que los consumimos.
La industria alimentaria siempre busca atender a nuestras necesidades, una de ellas comer lo que nos gusta y, al mismo tiempo, poder bajar de peso. Para ello ha creado los llamados edulcorantes artificiales, que permiten endulzar bebidas y alimentos sin calorías. Los más utilizados son sacarina, aspartame, acesulfame K y sucralosa. La Administración de Alimentos y Drogas (FDA, por sus siglas en inglés) en Estados Unidos, y la Secretaría de Salud en México (Ssa), son los responsables de aprobar los edulcorantes y definir la cantidad del aditivo que puede ingerirse por día, sin afectar la salud.
Los "productos light" no contienen azúcar, por lo que pueden consumirse sin alterar los niveles de glucosa en sangre. Sin embargo, si de bajar de peso se trata, llegan a ser perjudiciales.
¿Qué efectos tienen los edulcorantes que nos impiden bajar de peso?
1.- Aunque no contengan azúcar, incrementan nuestra grasa corporal
Estudios recientes de The Journal of Physiology y el National Center for Biotechnology Information, han demostrado que los edulcorantes artificiales tienen un papel activo en el metabolismo, y es que los receptores del sabor dulce no responden únicamente a los azúcares calóricos, sino también a los no calóricos como la sucralosa y el acesulfame K. El estímulo del sabor dulce en nuestra boca, puede activar la secreción de insulina. Sabemos que esta hormona es la encargada de almacenar los azúcares que consumimos en forma de grasa corporal, y aunque estos productos no contengan azúcar la insulina tomará el azúcar que encuentre en sangre y facilitará su absorción —y tomará una forma no muy atractiva en tu cadera o el abdomen u otra parte de tu cuerpo—.
2.- No eliminarán nuestra adicción al azúcar
Entre más azúcar comemos, más ganas nos dan de comerla, y el hecho de utilizar sustitutos de azúcar no hará ninguna diferencia. Para reducir el consumo de azúcar, hay que eliminar la ingesta de cosas dulces.
3.- Si consumes productos light, te das permiso de comer más
Si los edulcorantes artificiales aumentan la absorción de glucosa en la sangre, en lugar de darnos saciedad, incrementarán nuestro apetito. Por otro lado, si sabes que el alimento que estás consumiendo tiene menos calorías porque está endulzado artificialmente, es probable que comas en mayor cantidad. Si no haces ejercicio, ese exceso de energía que estás consumiendo puede afectar tu porcentaje de grasa corporal.
Aunque los productos light no contengan azúcar, el cuerpo no lo sabe y, en lugar de ayudarnos, pueden fomentar el aumento de peso.
El azúcar está al alcance de todos, y, además de ser adictiva, es una de las responsables de la crisis de obesidad que padece México. Puede parecer muy difícil eliminar esa adicción a los azúcares, pero los edulcorantes artificiales no son la mejor opción. Es preferible utilizar azúcar mascabada para el café o té en cantidades muy pequeñas, reduciendo poco a poco el sabor dulce.
Lo más importante es recordar que no hay alimentos prohibidos, pero los excesos sí pueden llevarnos a la enfermedad.
Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Raquel Pérez de León.
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