Si te gustan conocer las leyendas de los lugares que visitas, es San Miguel de Allende hay grupos que te llevaran de la mano a conocerlas.
Aquí te de dejo una buena recomendación:
Leyendas San Miguel
Teléfono: 415 101 1191
Tienen un excelente recorrido, no te arrepentirás.
sábado, 24 de marzo de 2018
viernes, 23 de marzo de 2018
Leyendas de San Miguel de Allende – La Monja Agusanada
Josefa Lina de la Canal y Hervas nació en 1736, fue la primera hija de Don Manuel de la Canal (dueño de la Casa de la Canal) en San Miguel de Allende. Al crecer Josefa, fue evidente su devoción religiosa.
A sus 15 años mueren sus padre y heredó 70 mil pesos.
A su corta edad decidió ser religiosa y de construir un convento: El Convento de la Concepción, mejor conocido como ” Las Monjas” y hoy Centro Cultural Nigromante “Bellas Artes”.
El padre Felipe Neri de Alfaro la apoya, y le recomienda trasladarse al santuario de Atotonilco, para que definiera su decisión. Después de ocho días de encierro, firme aún en tomar los hábitos y volverse monja, toma su herencia y empieza la construcción del convento.
Se conviertió así en la fundadora del Real Convento de la Purísima Concepción en San Miguel. Desde los primeros momentos de la fundación del convento Josefa, trabajó mucho para sostener económicamente y espiritualmente su proyecto.
Se inauguró con el traslado de religiosas al nuevo edificio, el que aún no se terminaba. Faltaban torres, campanario y altares. Que luego se terminaron durante la primera mitad del siglo XIX. La cúpula también faltaba que fue obra del maestro albañil Zeferino Gutiérrez (quien construyó la Parroquia de San Miguel Arcángel, la iglesia principal de San Miguel). Se inspiró en la iglesia de los inválidos en París.
Días antes de su muerte empezó a toser gusanos. Los dolores de Josefa eran tan agudos, que se desmayaba. Los que la vieron dicen que de esos gusanos nacieron mariposas.
La monja murió a los 33 años, cinco años después de inaugurado el convento. Sus restos aún se conservan en el inmueble que la apasionó.
A sus 15 años mueren sus padre y heredó 70 mil pesos.
A su corta edad decidió ser religiosa y de construir un convento: El Convento de la Concepción, mejor conocido como ” Las Monjas” y hoy Centro Cultural Nigromante “Bellas Artes”.
El padre Felipe Neri de Alfaro la apoya, y le recomienda trasladarse al santuario de Atotonilco, para que definiera su decisión. Después de ocho días de encierro, firme aún en tomar los hábitos y volverse monja, toma su herencia y empieza la construcción del convento.
Se conviertió así en la fundadora del Real Convento de la Purísima Concepción en San Miguel. Desde los primeros momentos de la fundación del convento Josefa, trabajó mucho para sostener económicamente y espiritualmente su proyecto.
Se inauguró con el traslado de religiosas al nuevo edificio, el que aún no se terminaba. Faltaban torres, campanario y altares. Que luego se terminaron durante la primera mitad del siglo XIX. La cúpula también faltaba que fue obra del maestro albañil Zeferino Gutiérrez (quien construyó la Parroquia de San Miguel Arcángel, la iglesia principal de San Miguel). Se inspiró en la iglesia de los inválidos en París.
Días antes de su muerte empezó a toser gusanos. Los dolores de Josefa eran tan agudos, que se desmayaba. Los que la vieron dicen que de esos gusanos nacieron mariposas.
La monja murió a los 33 años, cinco años después de inaugurado el convento. Sus restos aún se conservan en el inmueble que la apasionó.
Leyendas de San Miguel de Allende – La Tapada Misteriosa
Cuenta una leyenda que en pleno siglo XX en este antiguo pueblo de San Miguel de Allende había una mujer que a causa de un enfriamiento, sufrió una severa deformación en su cara. A raíz de esta condición, la mujer cubría su rostro con un velo negro.
Una noche fría que la mujer regresaba a su casa, escuchó que tres hombres borrachos la comenzaban a seguir. Al darse cuenta de ello, la mujer se puso muy nerviosa y apresuró el paso.
Los borrachos apresuraron también el paso esperando una respuesta de la mujer. Suponían que era una bella dama.
-¡Óigame linda!
¡No se haga del rogar!
Cuando ya los tipos se encontraban demasiado cerca y estaban a punto de abrazarla, ella apresuró el paso acercándose a un poste que alumbraba la calle. Al sentir a uno de los borrachos muy cerca y temiendo ser víctima de groserías por parte de aquellos inconscientes, de repente se acordó de la leyenda de la Tapada Misteriosa. Como por arte de magia recobró la calma y se acordó también de su fealdad. Comenzó a reír con tremendas carcajadas y destapó su rostro deforme mostrándoselo a los borrachos. Al verla se pusieron verdes de miedo recobrando el juicio, llevándose el susto de su vida comenzaron a huir del lugar en todas direcciones y desaparecieron en cuestión de segundos. Desde entonces la leyenda de la Tapada Misteriosa revivió, convirtiéndose en un rumor que corrió por todo el pueblo. Se decía que en la calle de Correo, la Tapada Misteriosa esperaba a sus presas, (hombres que salían briagos de la cantinas), haciéndose pasar por una bella dama, para luego convertirse en un ser espeluznantemente feo y pegarles el susto de su vida.
Una noche fría que la mujer regresaba a su casa, escuchó que tres hombres borrachos la comenzaban a seguir. Al darse cuenta de ello, la mujer se puso muy nerviosa y apresuró el paso.
Los borrachos apresuraron también el paso esperando una respuesta de la mujer. Suponían que era una bella dama.
-¡Óigame linda!
¡No se haga del rogar!
Cuando ya los tipos se encontraban demasiado cerca y estaban a punto de abrazarla, ella apresuró el paso acercándose a un poste que alumbraba la calle. Al sentir a uno de los borrachos muy cerca y temiendo ser víctima de groserías por parte de aquellos inconscientes, de repente se acordó de la leyenda de la Tapada Misteriosa. Como por arte de magia recobró la calma y se acordó también de su fealdad. Comenzó a reír con tremendas carcajadas y destapó su rostro deforme mostrándoselo a los borrachos. Al verla se pusieron verdes de miedo recobrando el juicio, llevándose el susto de su vida comenzaron a huir del lugar en todas direcciones y desaparecieron en cuestión de segundos. Desde entonces la leyenda de la Tapada Misteriosa revivió, convirtiéndose en un rumor que corrió por todo el pueblo. Se decía que en la calle de Correo, la Tapada Misteriosa esperaba a sus presas, (hombres que salían briagos de la cantinas), haciéndose pasar por una bella dama, para luego convertirse en un ser espeluznantemente feo y pegarles el susto de su vida.
Leyenda de Brujas en San Miguel de Allende, Guanajuato
La leyenda de brujas en San Miguel de Allende, siempre ha sido muy sonada, y es uno de los secretos más grandes en San Miguel de Allende y se sabe que es muy practicado actualmente.
Cuando mi nana me acostaba para dormir y me decía que no me descobijara los pies porque iba a venir la bruja que chupa a los niños dejándolos sin sangre.
La leyenda dice que las brujas se sacaban los ojos y los escondía en las tibias cenizas del fogón, agarraba su escoba y a volar por San Miguel, buscando pies descobijados de niños. Se dice que ellas huelen la sangre de los niños y así los encuentra. Entran por la ventana y se acercan silenciosamente las camas. Comienza a chuparle la sangre desde los pies a veces hasta la muerte. Cuando el sol estaba por salir y no alcanzaban tomar toda la sangre, dejaban a los niños todos débiles y enfermos.
En la actualidad hay muchas personas que les llaman brujas o hechiceras de San Miguel haciendo rituales, hechizos y amarres. Sigue siendo muy sondado sus reuniones en las presas de San Miguel de Allende, las cuales son:
* Presa Ignacio Allende
* Presa las Colonias
* Presa del Obraje
Botica de San Miguel de Allende
Santa Teresita, antigua botica en San Miguel de Allende.
Las Farmacias, o boticas son establecimientos donde se hacen y venden medicinas. En nuestra bella cuidad se conserva una botica muy antigua con remedios como el famoso brebaje contra el espanto.
Desde hace mucho tiempo San Miguel ha sido un punto de producción muy importante, y algunas empresas han venido con mucho éxito. El 1864, en la cuidad de Guanajuato, el Dr. José Herrera inició su propia botica. Años después su hermano menor que era médico también, se queda con ella y la casa mas adelante; donde ahora es la panadería “La Colmena”.
Farmacia de Relox y Mesones Botica de San Miguel de Allende
Después la cambia a la esquina de Rejox y Mesones, en el edificio que era de Don Federico Silva. Don Eulalio y si esposa Angelita atendieron la botica. Les ofrecen quedarse con la botica y la casa; y acceden.
Botica suspendida en el Tiempo de San Miguel de Allende
Cuando uno entra a la Botica de San Miguel de Allende parece que viaja en el tiempo. En los mostradores hay estantes llenos de frascos de porcelana llamados, botamenes, que contenían los ingredientes de las formulas medicinas que sólo los boticarios conocen.
Ahora es la Sexta generación que atiende la Botica de San Miguel de Allende.
Invitamos a todos los turistas y estudiantes de San Miguel, que visiten esta máquina del tiempo y conozcan la cultura e historia de nuestra bella cuidad.
La Botica De Santa Teresita, que ha repartido los remedios homeopáticos económicos durante siglos.
Las Farmacias, o boticas son establecimientos donde se hacen y venden medicinas. En nuestra bella cuidad se conserva una botica muy antigua con remedios como el famoso brebaje contra el espanto.
Desde hace mucho tiempo San Miguel ha sido un punto de producción muy importante, y algunas empresas han venido con mucho éxito. El 1864, en la cuidad de Guanajuato, el Dr. José Herrera inició su propia botica. Años después su hermano menor que era médico también, se queda con ella y la casa mas adelante; donde ahora es la panadería “La Colmena”.
Farmacia de Relox y Mesones Botica de San Miguel de Allende
Después la cambia a la esquina de Rejox y Mesones, en el edificio que era de Don Federico Silva. Don Eulalio y si esposa Angelita atendieron la botica. Les ofrecen quedarse con la botica y la casa; y acceden.
Botica suspendida en el Tiempo de San Miguel de Allende
Cuando uno entra a la Botica de San Miguel de Allende parece que viaja en el tiempo. En los mostradores hay estantes llenos de frascos de porcelana llamados, botamenes, que contenían los ingredientes de las formulas medicinas que sólo los boticarios conocen.
Ahora es la Sexta generación que atiende la Botica de San Miguel de Allende.
Invitamos a todos los turistas y estudiantes de San Miguel, que visiten esta máquina del tiempo y conozcan la cultura e historia de nuestra bella cuidad.
La Botica De Santa Teresita, que ha repartido los remedios homeopáticos económicos durante siglos.
miércoles, 21 de marzo de 2018
San Miguel de Leyendas
Por Eva Luz Villalón Turrubiates
En Octubre, en que esperamos la ancestral visita de nuestros muertos, resurgen las leyendas en el pueblo. El escritor y folclorista español José Calles Vales define la leyenda como una producción tradicional, con una base histórica, pero cuyo argumento es necesariamente maravilloso o ficticio y su vocación poética y emocional. El poeta José María Merino dice que las leyendas ofrecen una memoria soñada en la que se conservan sombras y signos sin los que la historia no se podría entender del todo.
San Miguel es un pueblo de leyendas. Sus casonas, muros, calles y callejones nos hablan de su pasado legendario. Y no hay mejor tiempo para recordar esas historias que los días de otoño con su aire frío, las ramas desnudas de los árboles, las hojas secas y las lunas de la cosecha.
Las festividades del Día de Muertos inician el 31 de octubre con el Día de los Abrojos, es decir, de los niños que morían en el seno materno y no alcanzaban a nacer. El 1 de noviembre se recuerda a los niños que habían muerto tras su nacimiento y el día 2 a los fieles difuntos, día en el que todos en San Miguel vestían de luto.
El cronista sanmiguelense Félix Luna nos cuenta que en el pueblo se encendían hogueras para que las ánimas reconocieran el lugar en el que se les espera y entraran a disfrutar de su ofrenda. Como veían cansadas del camino, se les ponían jarritos de agua. También se encendían velas, se quemaba copal, se colocaba pan, fruta y comida y, si se tenía la posibilidad, hasta “se echaban cohetes, para que el ánima supiera dónde bajarse”.
La costumbre de ir a los panteones es muy arraigada. El primer panteón estuvo en el atrio de la Parroquia, pero después se construyó el hospital de San Juan de Dios con su panteón a un lado, del que sobrevive un pequeño lote. La mayor parte de las tumbas quedaron en lo que ahora es el DIF. Muchos años después vendría el Panteón de Guadalupe.
Don Félix Luna también contaba de la tradición del alfeñique, costumbre española heredada de los árabes. Además, se acostumbraba hacer figuritas de difuntos con una masa de elotes tiernos endulzada con miel y decorada con semillas. Estas figuras fueron sustituidas por el pan de muertos.
Caminando por San Miguel uno no puede menos que preguntarse cuál será la historia detrás de los nombres de algunas de sus calles, por ejemplo, del Callejón de las Ánimas. Pero son esas leyendas de los barrios, calles y plazas las que le dan sabor y color al pueblo. Mientras se camina por las callejuelas decoradas con papel picado y percibe la fragancia de los cempasúchiles, se puede entender por qué los fantasmas no han ido del todo del lugar en donde pasaron su vida. Nuestros fantasmas son los recuerdos del pasado de nuestro pueblo y quizás es por eso que nosotros tampoco los dejamos ir.
Y nos seguimos fascinando con esas historias que nos cuentan que en algún lugar de Los Picachos hay una cueva encantada y que dentro se encuentra otro San Miguel suspendido en el tiempo. Los pobladores de la región cuentan que por las noches se escuchan sonidos de una celebración: música, cantos, tamborazos, chirimías, cohetes y gran algarabía. Pero cuando un curioso quiere unirse a esa Boda Encantada, la música se va moviendo de lugar y el curioso jamás la alcanza, por más que la siga. A veces terminan llegando a la Cueva Encantada y cuentan que algunos curiosos que se han aventurado a entrar siguiendo a la procesión jamás han salido.
No son pocos los vecinos de la Cañada de los Aguacates que atestiguan haber visto una procesión de ánimas que bajan desde el Valle del Maíz y se dirigen al templo de la Cruz del Chorro, uno de los más antiguos de la ciudad.
En el Charco del Ingenio tenemos la leyenda de un espíritu travieso que habita en las profundidades de su manantial y que aparece tomando la forma del animal que desee. Es el Chan, guardián de las aguas y hay que mantenerlo contento, de lo contrario puede hacernos travesuras o, en el peor de los casos, llevarnos a las profundidades del foso. La gente del cerro de las Tres Cruces cuenta que allá también hay un Chan en su manantial que pone un plato de fruta flotando en el agua para jalar a la gente.
Y de las profundidades del Charco nos llega una de las leyendas más famosas, registrada por el escritor Leobino Zavala en su libro “Tradiciones y Leyendas Sanmiguelenses” con el título de la Leyenda del Descabezado. Ahí, en verso, nos cuenta que, en la quietud de las noches de luna llena, cuando las campanas de la Parroquia dan las doce, al sonido de la última campanada se escuchan los cascos de un caballo contra el empedrado de las calles.
Es el alma de un jinete que sale desde el Charco del Ingenio, baja por la Presa del Obraje, toma la Calzada de la Presa, cruza el puente de Umarán, recorre la Plazuela del Fresno para tomar por el Callejón del Colegio, pasa por el templo de la Salud, el Oratorio, la Casa de Loreto y sigue por la calle Santa Ana (ahora Insurgentes) y se pierde a lo lejos por el rumbo del cementerio de San Juan de Dios.
Le llaman El Descabezado y cuentan que quien lo ve se queda ciego, por lo que hay que cerrar los ojos y taparse los oídos si se tiene la mala suerte de toparse con él. Cabalga en un corcel negro que saca chispas del empedrado a su galope.
Dicen que es el fantasma de un noble señor que trataba muy mal a los empleados que tenía en un obraje cercano al Charco y que un día fue encontrado muerto y decapitado. Desde entonces comenzó a aparecerse galopando por el pueblo quizás buscando su expiación.
¿Explicarlo? – Dijo Carlos Fuentes. – No, creerlo nada más. México no se explica; sólo se cree, con furia y con pasión.
En Octubre, en que esperamos la ancestral visita de nuestros muertos, resurgen las leyendas en el pueblo. El escritor y folclorista español José Calles Vales define la leyenda como una producción tradicional, con una base histórica, pero cuyo argumento es necesariamente maravilloso o ficticio y su vocación poética y emocional. El poeta José María Merino dice que las leyendas ofrecen una memoria soñada en la que se conservan sombras y signos sin los que la historia no se podría entender del todo.
San Miguel es un pueblo de leyendas. Sus casonas, muros, calles y callejones nos hablan de su pasado legendario. Y no hay mejor tiempo para recordar esas historias que los días de otoño con su aire frío, las ramas desnudas de los árboles, las hojas secas y las lunas de la cosecha.
Las festividades del Día de Muertos inician el 31 de octubre con el Día de los Abrojos, es decir, de los niños que morían en el seno materno y no alcanzaban a nacer. El 1 de noviembre se recuerda a los niños que habían muerto tras su nacimiento y el día 2 a los fieles difuntos, día en el que todos en San Miguel vestían de luto.
El cronista sanmiguelense Félix Luna nos cuenta que en el pueblo se encendían hogueras para que las ánimas reconocieran el lugar en el que se les espera y entraran a disfrutar de su ofrenda. Como veían cansadas del camino, se les ponían jarritos de agua. También se encendían velas, se quemaba copal, se colocaba pan, fruta y comida y, si se tenía la posibilidad, hasta “se echaban cohetes, para que el ánima supiera dónde bajarse”.
La costumbre de ir a los panteones es muy arraigada. El primer panteón estuvo en el atrio de la Parroquia, pero después se construyó el hospital de San Juan de Dios con su panteón a un lado, del que sobrevive un pequeño lote. La mayor parte de las tumbas quedaron en lo que ahora es el DIF. Muchos años después vendría el Panteón de Guadalupe.
Don Félix Luna también contaba de la tradición del alfeñique, costumbre española heredada de los árabes. Además, se acostumbraba hacer figuritas de difuntos con una masa de elotes tiernos endulzada con miel y decorada con semillas. Estas figuras fueron sustituidas por el pan de muertos.
Caminando por San Miguel uno no puede menos que preguntarse cuál será la historia detrás de los nombres de algunas de sus calles, por ejemplo, del Callejón de las Ánimas. Pero son esas leyendas de los barrios, calles y plazas las que le dan sabor y color al pueblo. Mientras se camina por las callejuelas decoradas con papel picado y percibe la fragancia de los cempasúchiles, se puede entender por qué los fantasmas no han ido del todo del lugar en donde pasaron su vida. Nuestros fantasmas son los recuerdos del pasado de nuestro pueblo y quizás es por eso que nosotros tampoco los dejamos ir.
Y nos seguimos fascinando con esas historias que nos cuentan que en algún lugar de Los Picachos hay una cueva encantada y que dentro se encuentra otro San Miguel suspendido en el tiempo. Los pobladores de la región cuentan que por las noches se escuchan sonidos de una celebración: música, cantos, tamborazos, chirimías, cohetes y gran algarabía. Pero cuando un curioso quiere unirse a esa Boda Encantada, la música se va moviendo de lugar y el curioso jamás la alcanza, por más que la siga. A veces terminan llegando a la Cueva Encantada y cuentan que algunos curiosos que se han aventurado a entrar siguiendo a la procesión jamás han salido.
No son pocos los vecinos de la Cañada de los Aguacates que atestiguan haber visto una procesión de ánimas que bajan desde el Valle del Maíz y se dirigen al templo de la Cruz del Chorro, uno de los más antiguos de la ciudad.
En el Charco del Ingenio tenemos la leyenda de un espíritu travieso que habita en las profundidades de su manantial y que aparece tomando la forma del animal que desee. Es el Chan, guardián de las aguas y hay que mantenerlo contento, de lo contrario puede hacernos travesuras o, en el peor de los casos, llevarnos a las profundidades del foso. La gente del cerro de las Tres Cruces cuenta que allá también hay un Chan en su manantial que pone un plato de fruta flotando en el agua para jalar a la gente.
Y de las profundidades del Charco nos llega una de las leyendas más famosas, registrada por el escritor Leobino Zavala en su libro “Tradiciones y Leyendas Sanmiguelenses” con el título de la Leyenda del Descabezado. Ahí, en verso, nos cuenta que, en la quietud de las noches de luna llena, cuando las campanas de la Parroquia dan las doce, al sonido de la última campanada se escuchan los cascos de un caballo contra el empedrado de las calles.
Es el alma de un jinete que sale desde el Charco del Ingenio, baja por la Presa del Obraje, toma la Calzada de la Presa, cruza el puente de Umarán, recorre la Plazuela del Fresno para tomar por el Callejón del Colegio, pasa por el templo de la Salud, el Oratorio, la Casa de Loreto y sigue por la calle Santa Ana (ahora Insurgentes) y se pierde a lo lejos por el rumbo del cementerio de San Juan de Dios.
Le llaman El Descabezado y cuentan que quien lo ve se queda ciego, por lo que hay que cerrar los ojos y taparse los oídos si se tiene la mala suerte de toparse con él. Cabalga en un corcel negro que saca chispas del empedrado a su galope.
Dicen que es el fantasma de un noble señor que trataba muy mal a los empleados que tenía en un obraje cercano al Charco y que un día fue encontrado muerto y decapitado. Desde entonces comenzó a aparecerse galopando por el pueblo quizás buscando su expiación.
¿Explicarlo? – Dijo Carlos Fuentes. – No, creerlo nada más. México no se explica; sólo se cree, con furia y con pasión.
El Legado de Stirling Dickinson en San Miguel de Allende.
Por Eva Luz Villalón Turrubiates
“Había solo la luz suficiente para que pudiera ver la Parroquia emergiendo de entre la neblina. Y pensé: ‘¡Dios mío qué vista! ¡Qué lugar!’ Y en ese momento me dije a mí mismo: ‘Aquí me voy a quedar.’”
(Stirling Dickinson a su llegada a San Miguel, el 7 de febrero de1937.)
La memoria de Stirling Dickinson, está presente en los sanmiguelenses. Sabemos que hay una calle que lleva su nombre y dos esculturas en su honor. A 18 años de su fallecimiento, muchas personas lo seguimos recordando con cariño y gratitud. Fue el primer americano residente en San Miguel y el único en recibir el título de Hijo adoptivo predilecto, el 3 de septiembre de 1942, durante las festividades del IV centenario de la ciudad.
Dickinson nació en Chicago el 22 de diciembre de 1909, en el seno de una familia de abolengo. Desde niño le gustó la vida campirana, los deportes y los animales. Se graduó con honores de la Escuela de Arte y Arqueología de la Universidad de Princeton en 1931.
Entre los años de 1934 y 1935 hizo un recorrido acompañado de su amigo Heath Bowman y a bordo de un Ford 1929 llamado Daisy, que duró seis meses. Recorrieron 6,500 kilómetros en 18 estados de México. Su aventura se convirtió en el libro “MexicanOddisey” (1935) que fue prologado por un amigo que habían conocido durante su viaje: José Mojica, actor mexicano muy famoso en los Estados Unidos. El libro se convirtió en un éxito de ventas y le siguió “Westwardfrom Río” (1936), en el que narraban sus aventuras por Sudamérica. Su tercer trabajo sería una novela histórica sobre la Revolución Mexicana que planeaban situar en un pequeño pueblo. José Mojica les sugirió visitarlo en San Miguel de Allende y de inmediato comenzaron a reunir material para la novela “Deathis Incidental” (1937), que marcaría el fin de su trabajo colaborativo con HeathBowman, quien iba a casarse. Después de la publicación de su último libro, Dickinson regresó a San Miguel y se estableció en una vieja tenería que restauró y convirtió en su casa, Los Pocitos, por el rumbo de Santo Domingo.
Por esas fechas el pintor peruano Felipe Cossio del Pomar estaba haciendo los trámites necesarios para abrir una escuela de bellas artes en San Miguel e invitó a Dickinson a participar en dicho proyecto. En su autobiografía describe a Dickinson como“[Un hombre] alto, torpe, increíblemente delgado, bien afeitado, con incipiente calvicie, interesado en empresas nobles, aunque no tengan nada que ver con dinero. […] Cuando hay que tomar decisiones actúa de manera práctica y tiene una sorprendente visión de las consecuencias. No se deja llevar por intereses económicos. ¿Qué intereses mueven a Stirling? Sin duda el deseo, muy noble, por cierto, de ser útil a través de poner sus habilidades en buen uso”.
Dickinson trabajó como director adjunto de la Escuela de Bellas Artes durante un tiempo, hasta que los Estados Unidos entraron en la Segunda Guerra Mundial y se enlistó para servir en la Oficina de Inteligencia Naval y después en la Oficina de Servicios Estratégicos. Tras la guerra, en diciembre de 1945, volvió a San Miguel después de dos años de ausencia, trayendo consigo el primer jeep que se había vendido a un civil.
Después de muchos contratiempos en la Escuela de Bellas Artes, y de haber sido injustamente expulsado del país con la falsa acusación de ser comunista, Dickinson ayudó a fundar el Instituto Allende, del que fue director desde 1952 hasta 1983.
Stirling Dickinson fue un hombre de pasiones: el béisbol, las orquídeas y su trabajo voluntario e incansable con diversas instituciones sanmiguelenses, como la Biblioteca Pública y el Patronato Pro-Niños, así lo atestiguan.
Aunque el béisbol ya se jugaba en San Miguel antes de su llegada, sólo había un equipo, el de la Fábrica La Aurora. En 1938 formó el equipo de Bellas Artes y acondicionó campos para la práctica del deporte. A sus jugadores siempre los trató bien, los ayudó tanto como pudo, consiguiéndoles trabajo o apoyándolos en sus estudios. Fue una relación de amistad y cariño que duró hasta su muerte e incluso más allá, pues, tras su fallecimiento, uno de sus beisbolistas, don José Sánchez, fundó la Sociedad de Amigos de Dickinson A.C. para preservar su legado.
Dickinson fue además un gran aficionado a las orquídeas; en Los Pocitos llegó a tener 3000 orquídeas de 250 especies. En 1969 en Chiapas descubrió una nueva orquídea amarilla que lleva su nombre: la EncycliaDickinsoniana, que formó parte de una colección de estampillas postales emitidas por Correos de México en 1997
.
Aunque nadie sabía que era millonario, siempre usó su fortuna a favor de la comunidad, pagando por servicios médicos, medicinas y servicios funerarios a quienes lo necesitaran. En 1954 apoyó la fundación de la Biblioteca Pública, donó libros y colaboró en el establecimiento de becas para estudiantes. También participó en un programa de Bibliotecas Rurales y apoyó al Patronato Pro-Niños para proporcionar servicios médicos, zapatos, libros, ropa, cobijas, etc. a niños de escasos recursos.
El 29 de octubre de 1998 tras asistir a una reunión, su combi se despeñó por la Cañadita de los Aguacates. Ese día, antes de salir de la Biblioteca, les había pedido que pensaran a quién le dedicarían el altar de muertos ese año… al día siguiente el Periódico Atención, del que había sido colaborador,dio la triste noticia: Stirling Dickinson había muerto en un accidente automovilístico.
John Virtue, autor del libro “Model American abroad: a biography of Stirling Dickinson” (2008) escribió: “Entrevisté a 86 personas para escribir este libro, ni uno sólo de ellos tuvo nada malo que decir sobre Stirling”.
El altar de muertos de la Biblioteca estuvo dedicado al hombre que puso a San Miguel en el mapa internacional, al maestro, amigo, compañero, filántropo, hijo adoptivo predilecto que fue William Stirling Dickinson.
“Había solo la luz suficiente para que pudiera ver la Parroquia emergiendo de entre la neblina. Y pensé: ‘¡Dios mío qué vista! ¡Qué lugar!’ Y en ese momento me dije a mí mismo: ‘Aquí me voy a quedar.’”
(Stirling Dickinson a su llegada a San Miguel, el 7 de febrero de1937.)
La memoria de Stirling Dickinson, está presente en los sanmiguelenses. Sabemos que hay una calle que lleva su nombre y dos esculturas en su honor. A 18 años de su fallecimiento, muchas personas lo seguimos recordando con cariño y gratitud. Fue el primer americano residente en San Miguel y el único en recibir el título de Hijo adoptivo predilecto, el 3 de septiembre de 1942, durante las festividades del IV centenario de la ciudad.
Dickinson nació en Chicago el 22 de diciembre de 1909, en el seno de una familia de abolengo. Desde niño le gustó la vida campirana, los deportes y los animales. Se graduó con honores de la Escuela de Arte y Arqueología de la Universidad de Princeton en 1931.
Entre los años de 1934 y 1935 hizo un recorrido acompañado de su amigo Heath Bowman y a bordo de un Ford 1929 llamado Daisy, que duró seis meses. Recorrieron 6,500 kilómetros en 18 estados de México. Su aventura se convirtió en el libro “MexicanOddisey” (1935) que fue prologado por un amigo que habían conocido durante su viaje: José Mojica, actor mexicano muy famoso en los Estados Unidos. El libro se convirtió en un éxito de ventas y le siguió “Westwardfrom Río” (1936), en el que narraban sus aventuras por Sudamérica. Su tercer trabajo sería una novela histórica sobre la Revolución Mexicana que planeaban situar en un pequeño pueblo. José Mojica les sugirió visitarlo en San Miguel de Allende y de inmediato comenzaron a reunir material para la novela “Deathis Incidental” (1937), que marcaría el fin de su trabajo colaborativo con HeathBowman, quien iba a casarse. Después de la publicación de su último libro, Dickinson regresó a San Miguel y se estableció en una vieja tenería que restauró y convirtió en su casa, Los Pocitos, por el rumbo de Santo Domingo.
Por esas fechas el pintor peruano Felipe Cossio del Pomar estaba haciendo los trámites necesarios para abrir una escuela de bellas artes en San Miguel e invitó a Dickinson a participar en dicho proyecto. En su autobiografía describe a Dickinson como“[Un hombre] alto, torpe, increíblemente delgado, bien afeitado, con incipiente calvicie, interesado en empresas nobles, aunque no tengan nada que ver con dinero. […] Cuando hay que tomar decisiones actúa de manera práctica y tiene una sorprendente visión de las consecuencias. No se deja llevar por intereses económicos. ¿Qué intereses mueven a Stirling? Sin duda el deseo, muy noble, por cierto, de ser útil a través de poner sus habilidades en buen uso”.
Dickinson trabajó como director adjunto de la Escuela de Bellas Artes durante un tiempo, hasta que los Estados Unidos entraron en la Segunda Guerra Mundial y se enlistó para servir en la Oficina de Inteligencia Naval y después en la Oficina de Servicios Estratégicos. Tras la guerra, en diciembre de 1945, volvió a San Miguel después de dos años de ausencia, trayendo consigo el primer jeep que se había vendido a un civil.
Después de muchos contratiempos en la Escuela de Bellas Artes, y de haber sido injustamente expulsado del país con la falsa acusación de ser comunista, Dickinson ayudó a fundar el Instituto Allende, del que fue director desde 1952 hasta 1983.
Stirling Dickinson fue un hombre de pasiones: el béisbol, las orquídeas y su trabajo voluntario e incansable con diversas instituciones sanmiguelenses, como la Biblioteca Pública y el Patronato Pro-Niños, así lo atestiguan.
Aunque el béisbol ya se jugaba en San Miguel antes de su llegada, sólo había un equipo, el de la Fábrica La Aurora. En 1938 formó el equipo de Bellas Artes y acondicionó campos para la práctica del deporte. A sus jugadores siempre los trató bien, los ayudó tanto como pudo, consiguiéndoles trabajo o apoyándolos en sus estudios. Fue una relación de amistad y cariño que duró hasta su muerte e incluso más allá, pues, tras su fallecimiento, uno de sus beisbolistas, don José Sánchez, fundó la Sociedad de Amigos de Dickinson A.C. para preservar su legado.
Dickinson fue además un gran aficionado a las orquídeas; en Los Pocitos llegó a tener 3000 orquídeas de 250 especies. En 1969 en Chiapas descubrió una nueva orquídea amarilla que lleva su nombre: la EncycliaDickinsoniana, que formó parte de una colección de estampillas postales emitidas por Correos de México en 1997
.
Aunque nadie sabía que era millonario, siempre usó su fortuna a favor de la comunidad, pagando por servicios médicos, medicinas y servicios funerarios a quienes lo necesitaran. En 1954 apoyó la fundación de la Biblioteca Pública, donó libros y colaboró en el establecimiento de becas para estudiantes. También participó en un programa de Bibliotecas Rurales y apoyó al Patronato Pro-Niños para proporcionar servicios médicos, zapatos, libros, ropa, cobijas, etc. a niños de escasos recursos.
El 29 de octubre de 1998 tras asistir a una reunión, su combi se despeñó por la Cañadita de los Aguacates. Ese día, antes de salir de la Biblioteca, les había pedido que pensaran a quién le dedicarían el altar de muertos ese año… al día siguiente el Periódico Atención, del que había sido colaborador,dio la triste noticia: Stirling Dickinson había muerto en un accidente automovilístico.
John Virtue, autor del libro “Model American abroad: a biography of Stirling Dickinson” (2008) escribió: “Entrevisté a 86 personas para escribir este libro, ni uno sólo de ellos tuvo nada malo que decir sobre Stirling”.
El altar de muertos de la Biblioteca estuvo dedicado al hombre que puso a San Miguel en el mapa internacional, al maestro, amigo, compañero, filántropo, hijo adoptivo predilecto que fue William Stirling Dickinson.
5 Consejos para visitar San Miguel de Allende.
Visitar San Miguel de Allende te llenara de Magia e Historia. Y para que sea al 100% inolvidable, replico estos 5 consejos:
1.- Trae zapatos cómodos.
San Miguel es hermoso y sus calles tienen encanto pero no son muy fáciles de recorrer en tacones o suelas lisas, considera traer un par de zapatos cómodos de piso con suela de dibujo especialmente si vienes a una de esas bodas donde terminas siguiendo a un señor con una burrita por todas las calles del centro. Puede que pierdas un poco de glamour pero tus pies te lo van agradecer.
2.-Deja el coche en el hotel.
El centro de San Miguel de Allende no es para recorrerse en coche, si quieres ahorrarte algunos corajes e infinitas vueltas para encontrar lugar deja tu coche en el hotel y pregunta si tienen algún servicio de transporte o bien pregunta a algún agente de transito sobre estacionamientos públicos y ve directo a ellos.
3.-Mas o menos el 80% de los habitantes somos mexicanos.
No es verdad que necesitas hablar ingles o traer dolares para venir, si ves un montón de extranjeros que tienen cara de conocer la ciudad mejor que tu, es por que aquí viven, pero no te hagas falsas impresiones ellos disfrutan estando permanentemente en los lugares mas turísticos de San Miguel “esos que tu visitarás” así que si vienes a ver sanmiguelenses date una vueltecita por las colonias.
4.-Normas tras del volante.
Podría decirse que en general los sanmiguelenses tenemos costumbres viales muy definidas y somos peatones un tanto confiados que pasamos de una acera a otra como “Juan por su casa” así que ademas de recomendarte manejar despacio te dejo un par te tips básicos para evitar accidentes.
-Los topes anchos en los accesos principales son pasos peatonales y detener el auto antes de pasarlos NO es opcional, no esperes que te hagan señas o te pidan permiso para cruzar, solamente detente y asegúrate que nadie este pasando en ese momento.
-Uno por uno. No menos importante es que en las esquinas la costumbre es ceder el paso a un vehículo, si alguien le cede el paso al coche de adelante no significa todos los de atrás deban pasar como borregos.
5.-Más caro que otras ciudades SI, inaccesible No.
En general San Miguel de Allende puede ser un poco o un mucho mas caro que otras ciudades (depende de la perspectiva), si lo que estas buscando es ahorrar la palabra mágica es “explora” a unas cuadras de la plaza principal se encuentra el mercado Ignacio Ramírez ideal para comer y a un lado comienza también el mercado de artesanías, date un tour a pie y gratis por el Parque Juárez, el Paseo del Chorro, El Mirador, Bellas Artes y la Fabrica La Aurora (aunque no compres nada vale la pena el tour), entre otros. El jardín botánico “Charco del Ingenio” tiene costos accesibles.
¿Y para dormir? también hay de todo, reserva con tiempo.
Por cierto la iglesia del centro no es “catedral” es Parroquia.
1.- Trae zapatos cómodos.
San Miguel es hermoso y sus calles tienen encanto pero no son muy fáciles de recorrer en tacones o suelas lisas, considera traer un par de zapatos cómodos de piso con suela de dibujo especialmente si vienes a una de esas bodas donde terminas siguiendo a un señor con una burrita por todas las calles del centro. Puede que pierdas un poco de glamour pero tus pies te lo van agradecer.
2.-Deja el coche en el hotel.
El centro de San Miguel de Allende no es para recorrerse en coche, si quieres ahorrarte algunos corajes e infinitas vueltas para encontrar lugar deja tu coche en el hotel y pregunta si tienen algún servicio de transporte o bien pregunta a algún agente de transito sobre estacionamientos públicos y ve directo a ellos.
3.-Mas o menos el 80% de los habitantes somos mexicanos.
No es verdad que necesitas hablar ingles o traer dolares para venir, si ves un montón de extranjeros que tienen cara de conocer la ciudad mejor que tu, es por que aquí viven, pero no te hagas falsas impresiones ellos disfrutan estando permanentemente en los lugares mas turísticos de San Miguel “esos que tu visitarás” así que si vienes a ver sanmiguelenses date una vueltecita por las colonias.
4.-Normas tras del volante.
Podría decirse que en general los sanmiguelenses tenemos costumbres viales muy definidas y somos peatones un tanto confiados que pasamos de una acera a otra como “Juan por su casa” así que ademas de recomendarte manejar despacio te dejo un par te tips básicos para evitar accidentes.
-Los topes anchos en los accesos principales son pasos peatonales y detener el auto antes de pasarlos NO es opcional, no esperes que te hagan señas o te pidan permiso para cruzar, solamente detente y asegúrate que nadie este pasando en ese momento.
-Uno por uno. No menos importante es que en las esquinas la costumbre es ceder el paso a un vehículo, si alguien le cede el paso al coche de adelante no significa todos los de atrás deban pasar como borregos.
5.-Más caro que otras ciudades SI, inaccesible No.
En general San Miguel de Allende puede ser un poco o un mucho mas caro que otras ciudades (depende de la perspectiva), si lo que estas buscando es ahorrar la palabra mágica es “explora” a unas cuadras de la plaza principal se encuentra el mercado Ignacio Ramírez ideal para comer y a un lado comienza también el mercado de artesanías, date un tour a pie y gratis por el Parque Juárez, el Paseo del Chorro, El Mirador, Bellas Artes y la Fabrica La Aurora (aunque no compres nada vale la pena el tour), entre otros. El jardín botánico “Charco del Ingenio” tiene costos accesibles.
¿Y para dormir? también hay de todo, reserva con tiempo.
Por cierto la iglesia del centro no es “catedral” es Parroquia.
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