Josefa Lina de la Canal y Hervas nació en 1736, fue la primera hija de Don Manuel de la Canal (dueño de la Casa de la Canal) en San Miguel de Allende. Al crecer Josefa, fue evidente su devoción religiosa.
A sus 15 años mueren sus padre y heredó 70 mil pesos.
A su corta edad decidió ser religiosa y de construir un convento: El Convento de la Concepción, mejor conocido como ” Las Monjas” y hoy Centro Cultural Nigromante “Bellas Artes”.
El padre Felipe Neri de Alfaro la apoya, y le recomienda trasladarse al santuario de Atotonilco, para que definiera su decisión. Después de ocho días de encierro, firme aún en tomar los hábitos y volverse monja, toma su herencia y empieza la construcción del convento.
Se conviertió así en la fundadora del Real Convento de la Purísima Concepción en San Miguel. Desde los primeros momentos de la fundación del convento Josefa, trabajó mucho para sostener económicamente y espiritualmente su proyecto.
Se inauguró con el traslado de religiosas al nuevo edificio, el que aún no se terminaba. Faltaban torres, campanario y altares. Que luego se terminaron durante la primera mitad del siglo XIX. La cúpula también faltaba que fue obra del maestro albañil Zeferino Gutiérrez (quien construyó la Parroquia de San Miguel Arcángel, la iglesia principal de San Miguel). Se inspiró en la iglesia de los inválidos en París.
Días antes de su muerte empezó a toser gusanos. Los dolores de Josefa eran tan agudos, que se desmayaba. Los que la vieron dicen que de esos gusanos nacieron mariposas.
La monja murió a los 33 años, cinco años después de inaugurado el convento. Sus restos aún se conservan en el inmueble que la apasionó.
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