miércoles, 12 de septiembre de 2018

De un códice al Cerro del Culiacán

Reportaje publicado el 30 de Mayo del 2016 por Ruth Meza.

Julio Jorge Celis investiga cada centímetro del cerro tratando de demostrar que se trata de la ‘Montaña sagrada’


En el Cerro del Culiacán se encuentran por lo menos 7 cuevas ‘misteriosas’./ Foto: Julián Pérez

A finales de los años 90, el arqueólogo e investigador Julio Jorge Celis Polanco, se encaminó a hacer un largo viaje hasta Guanajuato; siguiendo al pie de la letra, un códice: tratado de cartografía indígena, todo para comprobar que Aztlán, es el Cerro del Culiacán.
Julio Jorge inició sus investigaciones cuando era estudiante de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENHA), del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INHA), como parte de sus trabajos para realizar su tesis de Licenciatura, misma que después se convertiría en un libro completo y complejo de aproximadamente 500 páginas llamado: “La Montaña donde nació el Pueblo del Sol”, que ilustra y explica sin dejar lugar a dudas, por qué el cerro del Culiacán es Aztlán.

Asesorado por el ilustre Doctor Román Piña Chan, y en base a los trabajos inconclusos del famoso Antropólogo Paúl Kirchhoff (1960), Celis Polanco inició el trabajo para tratar de encontrar la “Montaña Sagrada”; origen de la mexicanidad, la cual, se ha pensado por años: que no existe, que es mítica.
Sin embargo, a través de los años, los historiadores e investigadores, y hasta aficionados a la historia, se han aventurado a descubrir el origen de los aztecas y dar con la “tierra prometida” de Aztlán.
Aztlán, o Aztatlan es el lugar donde habitaron los abuelos de los Aztecas, de los mexicas, de los primeros mexicanos, el lugar donde nacieron todas las culturas mexicanas.
“En los sesenta, el reconocido Antropólogo Paúl Kirchhoff compara y traduce las fuentes antiguas, con el Códice de la Historia Tolteca Chichimeca, que es un tratado de cartografía indígena, y es cuando se tienen las verdaderas bases para localizar el lugar buscado; el Teoculhuacán, Aztlán, Chicomoztoc, él dice que este lugar, se encuentra en la Región del Bajío de Guanajuato, a un lado del Río Lerma, es la montaña Culhuacán” explica Celis Polanco.
Inicia investigación



De acuerdo con el arqueólogo, basado en el Códice de la Historia Tolteca Chichimeca, en 1997 hizo un viaje de seis días a pie, desde Cholula hasta el Teoculhuacán Chicomoztoc Aztlán, en Guanajuato, el mismo viaje de seis días que hicieron, también a pie, dos embajadores toltecas, al Coalhuatepec, para pedir ayuda a los guerreros, antiguos chichimecas que vivían en Aztlán, eso les había ordenado su Dios, para que esos guerreros les ayudaran a ganar la guerra contra los xochimilca.
“La ruta y el camino que realizaron los embajadores toltecas, lo recorrimos físicamente, como un experimento comprobatorio, mis acompañantes fueron los “chalmeros”; son personas que hacen el recorrido a pie a chalma (...), me basé en el mismo códice de cartografía indígena en el que se basaron los toltecas y ¡llegué a Guanajuato!; cuando vi la montaña, no lo podía creer, dije: ¡sí es!, yo nunca la había visto antes” platicó Julio Jorge.
Desde que descubrió “la Montaña Sagrada”, no ha dejado de realizar observaciones y anotaciones de lo que ha descubierto, en lo que asegura, fue Aztlán, origen de los mexicanos.
Luego de años de investigación documental y de campo, el arqueólogo empezó a escuchar las leyendas de los actuales pobladores de las faldas del Cerro del Culiacán.
Incluso, los habitantes más viejos de Cañada de Caracheo, -un lugar “mágico” ubicado en las faldas del Cerro-, cuentan la leyenda que dice: que de una de las cuevas, hace muchos años, salió un “águila que hablaba” (Huitzilopochtli) y según el relato mítico-religioso, fue la misma águila que les dijo a los antiguos pobladores que fueran a fundar México.
El arqueólogo se dio cuenta que las leyendas coincidían con sus investigaciones y después se entusiasmó, cuando descubrió las cuevas en las que hay pinturas rupestres, restos de vasijas prehispánicas y hasta un perro xoloezcuintle momificado y restos humanos.
Todas las conclusiones confirmarían, lo que Paúl Kirchhoff había dicho ha
‘El arqueólogo rebelde’
Porta un gorro de explorador, polainas para protegerse de víboras y espinas que hay en el Cerro, un pañuelo rojo en el cuello, un machete en la cintura y una mochila de explorador que usa para llevar sus víveres en las visitas que realiza a la Montaña.
La gente de la zona lo conoce como el “arqueólogo rebelde”, por asegurar que en Guanajuato está el origen de las culturas mexicanas, a pesar de que la investigación no ha sido aceptada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INHA). Aunque sí por investigadores reconocidos de la UNAM y del Colegio de Michoacán.
El Arqueólogo, miembro de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, de la cual también es miembro activo de la Sección Académica de Investigación y Estudios Históricos, explicó que durante 500 años, ha habido personas que se han dedicado a buscar el origen de los mexicanos, la mayoría son “románticos o fanáticos de la historia antigua”, pero asegura, “muchos han malinterpretado las fuentes documentales o forzado los datos, algunos por “amor a la patria Chica” o por intereses políticos y afinidades ideológicas”.
Celis Polanco, cuenta en su libro, que es por eso que hasta en los Estados de Nayarit, Zacatecas, San Luis Potosí, Sonora, Sinaloa y hasta Nuevo México, en Estados Unidos, se disputa el origen de la mexicanidad.
Contó que incluso en Nayarit, los que conocen del tema, se molestan si les dicen que ahí no es el origen de los mexicanos, pues narra en su libro que “Chavero aseguró que Mexcantitlán, una isla ubicada en Nayarit, era el verdadero origen de los Aztecas, pero sin más respaldo que el nombre...
En un apartado especial, asegura que años después, hubo discusiones con respecto al origen de los mexicanos, y “en 1980, Raúl Romero Gallardo, en ese entonces director de turismo en Nayarit, aseguró que Nayarit era el origen de la mexicanidad, aún y cuando los estudiosos habían rechazado la teoría por falta de pruebas contundentes”, explica en su libro.
Y fue en 1982 que el entonces Presidente de la República José López Portillo, develó un busto en honor a su padre José López Portillo y Weber, donde afirma que Mezcaltitán, Pueblo de San Felipe Aztatán, es Aztlán....incluso lo hizo oficial, por ser Presidente de la República.
El arqueólogo platica en su libro, que de 1989 a 1990 el Gobernador en ese entonces en Nayarit, encargó un trabajo de investigación al arqueólogo Raúl Arana del INHA y en el cual también participó Celis Polanco, para localizar evidencias sobre el origen de la mexicanidad,pero no hallaron nada, “sólo basura del siglo de finales del XIX y XX” aunque el Gobernador les exigió que dijeran lo contrario..., incluso bajo amenazas.


De acuerdo con el libro de Celis Polanco, recientemente la Universidad de Barcelona (2007) y Argentina realizó un estido de ADN mitocondrial y antropología física de la morfología de los cráneos de los habitantes de Tlatelolco y Tenochtitlan de la época Azteca, con la finalidad de hacer un seguimiento de los genes de los Aztecas “y los resultados son asombrosos, pues los cráneos no coincidían ni con los del Sur, ni con los el Norte, sino de las cuencas de México en las Zonas Centrales, entre las cuencas del Sur de Guanajuato y Michoacán, justo donde está el Cerro del Culiacán” explica…

viernes, 17 de agosto de 2018

Reseña de la fiesta a Señor San Miguel

Este domingo 19 de Agosto se llevará a cabo la reseña de la fiesta a Señor San Miguel partiendo del Barrio de las Cuevitas, pasando por las calles Calzada de la Estación, Canal, Plaza Principal, para llegar a la Explanada del Jardín Principal.

Señala el comienzo de los preparativos para la Fiesta del Santo Patrón de la Ciudad, San Miguel Arcángel, en la que diferentes grupos de danzas indígenas, se encuentran para recolectar ofrendas en especie y pedir permiso a las ánimas para que haya buenaventuras para la próxima fiesta a finales de septiembre.

La tradición de pasear al buey adornado, es una evocación a los ancestros indígenas, quienes llevaban a las víctimas de sacrificio a brindar a sus dioses. El  buey se ofrece al Santo Patrono para engordarlo y una vez llegada la fecha de la festividad se sacrifica para convidar el alimento a los presentes.


Hace tiempo se acostumbraba llevarla a cabo el 15 de agosto, ahora esta celebración impregnada de sincretismo se ha trasladado al tercer domingo de Agosto.  La celebración se inicia prácticamente desde la víspera en el barrio de las Cuevitas. Ahí, en la casa de don Mónico Ramírez se lleva a cabo la velación,  se hace el trabajo de la cucharilla, los bastones y  los ramilletes. A este evento asisten las comunidades invitadas o para quienes regularmente constituye una devoción o un compromiso, lo que le llaman la palabra. Los asistentes se presentan con un ramo de flores o con una veladora y se le entrega a quien preside esta velación.


Anteriormente se les conocía como velaciones reales, solo participaban los mayordomos, los capitanes generales, dos concheros y el sargento, quien se encargaba de poner una serie de velas colocadas en cruz conocidas como la cuenta, para conocer si alguien llegaba con malas intenciones. Solo se hablaba un lenguaje, el de las conchas, era una gran fiesta espiritual donde se hacían curaciones. Aún se mantiene la esencia de esta ceremonia aunque ahora puede  participar toda la comunidad.
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Foto: Toño Rayas 
La reseña consiste en sacar el toro que se ha de sacrificar en la fiesta. Se acostumbra ir a lazarlo, para lo cual previamente se hace toda una ceremonia, luego se invoca al santo ladrón, San Dimas, y se sahuma bendiciendo  el mecate con que se le va  a lazar. Los indígenas ven en este acto toda una magia, aseguran quien ha de lazar el toro es guiado por el mecate que lo lleva al ganado seleccionado para tal ceremonia, ahí el toro indicado permanece agachado en espera de que sea lazado, todo por intercesión de las ánimas.
El día de la reseña es adornado  con flores de papel, collares de zanahoria, ajo, cebolla y toda la indumentaria para preparar un caldo, es llevado hasta la Parroquia de San Miguel Arcángel acompañado de danzas y conchas para pedir permiso de dar inicio a la celebración.
Después se dirigen al mercado Ignacio Ramírez, donde los comerciantes regalan fruta, flores y verduras que se la cuelgan a cuestas al toro.


De ahí la comitiva parte al Panteón Viejo, el de San Juan de Dios, se pide permiso a las ánimas que aguardan en la Santa Cruz ubicada en el interior del mismo, se solicita la autorización y se agradece con danzas.


Posteriormente en privado se hacen las peticiones a los demás puertos, sitios que resguardan dolor, ánimas y son punto de encuentro entre dos mundos, el terrenal y el espiritual. Los concheros han de acudir los domingos posteriores  con flores y velas al Puente del Fraile, al Puerto de Bárbaros,  al Puerto de Calderón y a un puerto ubicado en la explanada de El Llanito.



Fuente:
https://noticiasconvalorsma.com/2018/08/15/resena-de-la-fiesta-a-senor-san-miguel-2/

martes, 7 de agosto de 2018

México y Suiza usarán Cannabis para tratar la Diabetes y la Depresión

Según los expertos, una sustancia llamada beta-cariofileno se puede extraer de Cannabis y algunos condimentos como el clavo de olor, una dosis de los cuales podría tener efectos positivos en el tratamiento de la diabetes tipo 1 sin el uso de fármacos adicionales, lo que podría representar un tratamiento para pacientes


Investigadores y estudiantes de los Centros de Ciencias Exactas e Ingeniería (CUCEI) y Ciencias de la Salud (CUCS) de la Universidad de Guadalajara (UdeG), del Centro de Investigación Biomédica del Oeste, dependiente del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), y La Universidad de Berna, en Suiza, evaluaron la molécula y concluyó que no es adictiva.

En un comunicado, la UdeG informó que su trabajo científico se está desarrollando a través del proyecto “Efectos del beta-cariofileno sobre la nocicepción en el metabolismo de la glucosa y el comportamiento inducido por la diabetes”.

El objetivo del estudio es evaluar los efectos de la sustancia sobre el metabolismo de la glucosa, el dolor neuropático y la depresión.

Como parte del trabajo, la diabetes se indujo en roedores por medio de una molécula conocida como estreptozotocina, caracterizada por la destrucción autoinmune de las células beta del páncreas, que disminuye los niveles de insulina y azúcar en la sangre, causando diabetes.

Más tarde, analizaron tres grupos de roedores experimentales: uno sirvió de referencia mientras que los otros dos fueron inducidos con diabetes; un roedor del último grupo recibió beta-cariofileno.

Una vez que se aplicó la molécula, la concentración de glucosa en sangre de la muestra se redujo en un 70%, según Dalia Samanta Aguilar Ávila, estudiante de doctorado en el Instituto de Ciencias en Procesos Biotecnológicos del CUCEI.

Fue posible regular y disminuir los niveles de dolor neuropático (proceso de inflamación en las fibras nerviosas que exacerba la percepción de sensaciones dolorosas). Esta condición afecta a dos de cada tres personas con diabetes.

“Podríamos observar que los ratones tratados con beta-cariofileno, en un período de 45 días de recibir 10 miligramos por kilogramo de esta sustancia, habían revertido el dolor neuropático”, describió Aguilar Ávila en el comunicado.

Explicó que la depresión también podía controlarse, ya fuera inducida por el uso de medicamentos o por causas naturales.

Una de las ventajas de esta sustancia es que el paciente no tendrá que tomar varios medicamentos para tratar estas enfermedades, dijo el investigador del Departamento de Farmacobiología del CUCEI, Juan Manuel Viveros Paredes, quien es asesor del proyecto.

Agregó que, sujeto a estudios clínicos en humanos, “con una sola molécula y, por lo tanto, con una sola ingesta, todos estos procesos podrían controlarse en ciertos pacientes”.

El grupo de investigación continuará realizando estudios, además del trabajo clínico, para pruebas en humanos.

“Todavía tenemos que hacer arreglos con algunas instituciones para su distribución, tenemos que proteger la información que estamos generando, y pronto, buscaremos contactar a algunas clínicas y pacientes para que realicen ensayos clínicos”, concluyó Viveros Paredes.

Source: El Universal

viernes, 11 de mayo de 2018

Tequila Corralejo



Tequila Corralejo se encuentra en Penjamo, Gto. a 151 Kms de San Miguel de Allende.

Su fabricación es realizada en la Ex-Hacienda Corralejo donde tomo su nombre.

Es un lugar donde la historia se revive y es capturada con su iluminación a base de botellas de color.


La marca Corralejo fue revivida por Don Leonardo Rodríguez Moreno en 1994, en el mismo sitio natal de Miguel Hidalgo en Guanajuato, México. Los archivos indican que en ese lugar ya se producía tequila en 1755, lo cual constituye la primera producción comercial del espirituoso en la historia de la nación.


 






La marca está a la venta en las variedades siguientes: Blanco (sin añejar); Reposado (con 4 mesesde añejamiento) y Añejo (12 meses de añejamiento).



Cada una de las variedades se destila utilizando el método de coñac, que recurre a ollasdestiladoras Alambic Charantais de cobre, importadas de España. Son las únicas de su tipo en uso en México, y responsables del excepcional aroma y sabor de Corralejo. Los tequilas añejados se dejan reposar en barriles de roble francés, americano y mexicano. 



Don Leonardo, maestro artesano del cristal, también produce la hermosa botella roja, blanca y azul donde se envasa Corralejo, en la fábrica de su propiedad, cercana a la hacienda. Tanto la destilería como la fábrica de cristal están abiertas al público para recorridos durante 250 días al año.




En Penjamo nacieron Don Miguel Hidalgo y Joaquin Pardave.








Para mayor información en:
https://tequilacorralejo.mx/


martes, 1 de mayo de 2018

Hacienda de Ciénega de Mata

La Hacienda de Ciénega de Mata de los Rincón Gallardo, se encuentra en el mero norte de Jalisco cerca de Ojuelos.



El caso es que dicen -y como todo en la historia, habrá que tratarlo con sus serias reservas- que allá cuando Hernán Cortés se dedicaba a adjudicar cuantas tierras pisaba, le otorgó -como si fueran suyas- al Marqués de Guadalupe Don José María Rincón Gallardo, en recompensa por los servicios prestados, “la Merced de las tierras” de los alrededores de Ojuelos, con la aprobación del Papa Alejandro VI  (?). Y dada la “cristianísima” actitud de Don José María, se le dotó de la friolera de unos 400 sitios (?) de labranza y pastoreo -casi del tamaño de alguno de los estados actuales- constituyéndose así el feudo de Ciénega de Mata, de los Rincón de Ortega, y más tarde Rincón Gallardo.



Una gran parte de la Historia de México, está todavía ahí acurrucada en la Hacienda de Ciénega de Mata, a unos cuantos kilómetros de Ojuelos, en la carretera que va rumbo a Aguascalientes. Es una belleza histórica y  pueblerina que no la deben de perder.



Orígenes
En la búsqueda de los orígenes de la familia Rincón Gallardo nos podemos remontar hasta principios del siglo XVII. Allá por 1601 localizamos a la rama de los Ortega en algunas mercedes que recibió por las Chinampas y por Peñuelas don Pedro Matheos de Ortega. La otra, la de los Rincón procedentes de la capital del reino, aparece cuando don Francisco Rincón se casó con doña María de Ortega, hija de don Pedro Matheos. De esta unión nacieron dos varones: Pedro y Agustín. Uno se consagró a la Iglesia: entró en 1620 al convento de los mercedarios como novicio, aunque después abandonó el claustro y entró al clero secular. El otro, Agustín, se consagró al gobierno: fue alcalde mayor de Aguascalientes y después corregidor de Zacatecas, y aunque se casó con doña Leonor Caballero, no dejó descendencia. Aquí se habría acabado la familia Rincón de Ortega, si no hubiera sido porque tenían un medio hermano de padre, don Juan Rincón de Vivar, a quien tocó la herencia de sus dos medios hermanos. ¿Pero qué heredó? El abuelo don Pedro Matheos de Ortega empezó a acumular mercedes de tierras: el 20 de febrero de 1601 recibió una merced en las Peñuelas, tres días después recibió otra en la Cañada de las Chinampas. Pasados cuatro años obtuvo permiso de regar sus labores de trigo, construir un molino de pan y fabricar un ingenio de beneficio de sacar plata en el puesto de Chinampas. Treinta años después sus nietos don Agustín y don Pedro fueron quienes compraron y mercedaron tierras en las jurisdicciones de San Miguel el Grande, Lagos, San Felipe, Aguascalientes, Pinos... Para 1652 sus propiedades deben de haber sido ya considerables, porque en este año don Agustín se comprometió a pagar 800 pesos por año, del diezmo de sus haciendas. El empeño de los Rincón de Ortega es notable: compran tierras, venden ganados, administran diezmos, patrocinan obras de beneficencia, compran esclavos, obtienen crédito. Desempeñan cargos públicos: como alcaldes mayores, justicias, miembros del ayuntamiento. O como autoridades religiosas, ya que el licenciado don Pedro fue cura beneficiado de Aguascalientes desde 1650 hasta su muerte. ¡Cuánta actividad! ¿Qué afán de acumular riquezas, para dejarlas después a la Iglesia? ¿Para qué fundar un mayorazgo cuando ninguno de los dos dejó herederos directos? Móviles de la época. Quizás incomprensibles para nosotros, pero no por eso menos valiosos.





Un primer empeño se les frustró a don Agustín y a don Pedro, de fundar un convento de padres carmelitas en la villa. Ya se habían empezado los cimientos del edificio que los había de alojar y 280 vigas y 300 morillos se habían contratado, cuando llegó una orden superior según la cual se negaba su instalación. Tanto esfuerzo no podía perderse: si no se dejaba a los carmelitas, que se permitiese venir a los franciscanos. Y todo su esfuerzo lo invirtieron en conseguirlo. El cura Rincón de Ortega, al morir su hermano Agustín, tomó para sí toda la responsabilidad. Pidió prestado para continuar la construcción del convento y separó parte de sus bienes para dotar la obra de los franciscanos.




Casi al mismo tiempo don Pedro Rincón de Ortega emprendió otra tarea: fundar un mayorazgo. En 1657, durante una de sus estancias en la ciudad de México, se presentó ante el notario para dictar su testamento y precisar las condiciones de fundación del vínculo de mayorazgo. El primer mayorazgo sería su hermano el capitán don Juan Rincón de Vivar y después lo heredarían sus descendientes. El vínculo se compondría de la extensión de tierra que valiera 60 000 pesos. Con este acto notarial se sentaron las bases legales que permitieron a los primogénitos de la familia Rincón de Ortega poseer indiviso durante dos siglos el latifundio de Ciénega de Mata. Pero la familia Rincón Gallardo, nombre que se adoptó cuando a falta de heredero hombre se hizo la transmisión a los hijos del matrimonio de doña Juana Rincón de Ortega con don Nicolás Gallardo, tuvo otros significados para la historia de Aguascalientes, aparejados al de gran latifundista. Durante generaciones fue la familia más importante en la región y su peso procedió no nada más de su poderío económico, sino de su actitud señorial. Adoptaron y se les reconoció una preeminencia nobiliaria, aunque el título no lo obtuvieron sino hasta 1810. Para obtener y conservar el lugar que ocuparon en la sociedad neogallega, contó mucho su presencia en la región, nunca se les consideró propietarios ausentistas. También fue determinante su actitud solidaria y paternalista con los habitantes de la zona: siempre estuvieron dispuestos a cooperar en las obras de beneficencia que se les solicitó, y en los tiempos de hambre y enfermedad no cerraron sus puertas a los desprotegidos. Guardaron al mismo tiempo la distancia necesaria para ser considerados diferentes, y hasta superiores: siguieron una estricta política matrimonial, no se casaron sino con sus iguales y se prefirió el celibato a un matrimonio degradante.



No se interesaron en obtener empleos o puestos en el gobierno, y cuando accedieron a ocupar algún cargo fue para cumplir con un deber, no para obtener un beneficio.

No todo fue fácil para los Rincón Gallardo. Al morir don Juan Rincón de Vivar dejó el vínculo tan gravado, que tuvo un concurso de acreedores. Su yerno don Nicolás Gallardo tuvo que hacer gala de eficiencia administrativa para sacarlo adelante. Pocos años después, su hijo Joseph —primer mayorazgo que llevó el apellido Rincón Gallardo— consolidó sus propiedades, al medir y componer las demasías que sus títulos no amparaban. Para obtener este beneficio dio al rey 1 900 pesos. El mes de abril de 1683, acompañado del escribano real don Diego de Galarreta, recorrió en carroza las propiedades del vínculo. Casi dos meses les llevó visitar todas las propiedades. El 10 de mayo partieron de la hacienda principal, que era la de Ciénega de Mata. El 28 de ese mes andaban por la hacienda del Tecuán y la de Encinillas.

El 9 de junio anduvieron por Ojo de Palacios, la hacienda de Los Remedios y los sitios de El Carrizal y Salitrillo, todo en la jurisdicción de San Felipe. El 11 recorrieron el puesto de Matanzas y el 14 llegaron a Aguascalientes, donde el mayorazgo tomó posesión de la hacienda de Peñuelas y entró a la sala, a la capilla y al cementerio. En Aguascalientes presentó los títulos de los sitios de Jonacatique, Morcinique, Horcones, San Nicolás de Chicalote, Cañada Honda, y el puesto Jaltomate. El 16 de junio llegaron a Chinampas.



Otro momento crítico se presentó en 1727 al presentarse la sucesión: la familia se encontró con que el primogénito era una mujer y reclamaba para ella el mayorazgo. Durante varios años estuvo el caso en litigio, hasta que el Consejo de Indias decidió que era la rama masculina la que tenía derecho a heredar el título. Mientras esto se dictaminaba, la administración de los bienes quedó en poder de doña María Teresa Rincón Gallardo y de su esposo don Miguel de Arteaga. Este pleito enseñó a la familia Rincón Gallardo los cuidados que debía tener al presentarse las sucesiones y nunca más tuvieron un conflicto de este tipo. Para evitarlo cuidaron siempre de dejar en herencia parte de los bienes que no estaban comprometidos, para los otros hijos, los que no tenían derecho sobre el mayorazgo.



lunes, 16 de abril de 2018

Cronista de San Miguel de Allende.

Les recomiendo la siguiente pagina del Cronista Luis Felipe Rodriguez Palacios.

Donde encontraran las historias y tradiciones que llenan a San Miguel de Allende


http://cronistasanmigueldeallende.blogspot.mx/






lunes, 2 de abril de 2018

Mineral de Pozos


Un Lugar congelado en el tiempo donde las historias de sus minas y Ex-Haciendas contadas por sus pobladores llenan nuestra imaginación para vivir por un momento en el pasado de este mágico lugar.

En medio del semidesierto, con un paisaje cubierto de mezquites y cardones, es un pueblo que revive como el ave legendaria pues este encantador lugar ha vuelto a renacer después de haber sido abandonado por su población en dos ocasiones a lo largo de su historia.















Mineral de Pozos se encuentra a 57 Kms de San Miguel de Allende (a 54 minutos aproximadamente en auto),








Durante la época prehispánica la región estuvo dominada por tribus Chichimecas, Huachichiles, Copuces, Guaxabanes y Pames.

En el año de 1576, algunos Jesuitas españoles llegaron a la zona Noreste del estado con el fin de evangelizar, al lugar le llamaron el Palmar de Vega.

Don Luis de Velazco (hijo), VIII virrey de España, comisionó en 1590 al misionero de la orden de Jesús, Gonzalo de Tapia para congregar a la gente de San Luis de la Paz.

El trato justo que ofreció a los habitantes y la facilidad para hablar su lenguaje y compartir sus costumbres (Chichimecas y Otomíes), convenció a los nativos para negociar los términos de paz, con el fin de asegurar las conquistas y fundaciones llevadas a cabo por sus antecesores.


Los Jesuitas les enseñaron a las tribus procesos europeos para la extracción del mineral, así como sus beneficios; de esta enseñanza aún existen hornos que datan de 1595. Para entonces la comunidad cambió su nombre por San Pedro, patrono de los mineros traídos de varios grupos étnicos.

Posteriormente se cambió de nombre a Pozos por la gran cantidad de excavaciones para extraer el metal de oro y plata principalmente, se le agregó el de "Real" para amparar la explotación.

 

En 1810 los Jesuitas fueron expulsados por los Chichimecas, así que la producción mermó aunque no en su totalidad. El trabajo en la mina disminuyó, hubo carencia de azogue, hierro y demás elementos indispensables para el laboreo y beneficio, así como el retiro de capitales.

Posteriormente la fama de Pozos y su producción se aceleró de 1880 a 1888. Durante estos años se formaron numerosas compañías que explotaban las minas abundantemente. El lugar además de agradable era muy rico en yacimientos de diversos minerales como Oro, plata, mercurio, manganeso, plomo, estaño y cobre, por lo que de inmediato comenzaron los asentamientos humanos cerca de pequeños manantiales, constituyéndose en el pueblo actual.

El poblado registraba un crecimiento significativo en las actividades comerciales, contaba con hospedaje, puestos de comida, bares e inclusive un teatro. Estimulados por el desarrollo del lugar, llegaron inmigrantes de Francia, España, Italia, Inglaterra y Estados Unidos; así como trabajadores de Guanajuato, Zacatecas, Estado de México e Hidalgo.

Las grandes contribuciones para el municipio se invirtieron principalmente en educación y bienestar social, cabe resaltar que Mineral de Pozos llego a ocupar el cuarto lugar entre las 45 municipalidades del estado.

El máximo esplendor de Mineral de Pozos se logró durante el gobierno de Don Porfirio Díaz, período durante el cual cambió su nombre a Ciudad Porfirio Díaz.

En ese entonces contaba con casi 80,000 habitantes, se edificaron grandes construcciones, se integraron vías de comunicación como la red ferroviaria nacional, el telégrafo y el teléfono; además se instaló servicio eléctrico y las compañías mineras cambiaron sus maquinarias, movidas con vapor, por las de energía eléctrica.


A la caída del gobierno porfirista comienza el segundo período de decadencia del cual ya no se recuperaría. La crisis se hizo más aguda en el año de 1926, en parte por la inestabilidad del movimiento Cristero y por otra la depresión internacional, lo que provocó la caída de los precios de los metales y el consecuente retiro de los últimos capitales fuertes.


La gente entonces comenzó a salir de Mineral en busca de empleo, se desmanteló y se vendió toda la infraestructura a las minas de Pachuca, llevando el pueblo a un completo abandono.
Se calcula que por los años 50 menos de 200 personas vivían en el lugar.